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La Nueva España 27/01/2016)
El cañón de Avilés ya está integrado en la red de áreas marinas protegidas de España (Rampe). La Unión Europea ha aprobado la inclusión de este intrincado complejo de fosas en las listas biogeográficas como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), una etiqueta que permite una regulación amplia de las actividades pesqueras, de la navegación, de la explotación del subsuelo o la extracción de recursos naturales.
Entre las zonas de alto valor que han merecido este reconocimiento de la Unión Europea se encuentran, junto al Cañón de Avilés, los bancos de Galicia y de la Concepción, los volcanes de fango del golfo de Cádiz, el sistema de cañones submarinos occidentales del Golfo de León, el canal de Menorca, el sur de Almería-Seco de los Olivos, el espacio marino de Illes Columbretes y el espacio marino de Alborán. Hasta ahora, la única área marina protegida de España se encuentra frente a la costa asturiana, y es la de Cachucho, que lo consiguió en 2009.
El Cañón de Avilés no sólo es la guarida del legendario kraken (calamar gigante), sino que su situación fronteriza entre las aguas cantábricas y las atlánticas le confiere unas características únicas que multiplican la biodiversidad y le hacen ser merecedor de incorporarse a la lista de los espacios submarinos protegidos, tal y como reclamaban los investigadores. Además, se trata del tercero más importante del mundo en cercanía a la costa. A ocho millas mar adentro, esta sima alcanza profundidades de 4.000 metros, una cifra nada despreciable si se tiene en cuenta que la mayor depresión del mundo, la Fosa de las Marianas (en el Océano Pacífico) tiene 11.000 metros. Y el botín que atesora apenas se empieza a revelar tras años de campañas oceanográficas.